“El comunicarse con los niños es facilísimo, solo ponte en sus zapatos, tú también fuiste niño (hace poco), tú también sabes a qué saben los mocos, qué sientes cuando llega un nuevo hermano o cuándo tu mamá se va y no quieres que se vaya”. Es la tesis de uno de nuestros autores favoritos.
Luis Maria Pescetti, quien, durante una serie de conferencias en el Instituto de Investigaciones Filológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), concientizó a más de treinta invitados (estudiantes, profesores y público en general) sobre la responsabilidad que tenemos como adultos, en la transferencia del lenguaje y de nuestra visión de un mundo divertido y franco.
Del 2 al 4 de mayo, en este plantel, dedicado a investigar nuestra cultura a través del estudio de las lenguas, el autor de la colección de libros “Natacha”, irrumpió en la vida de los adultos (igual que hace con la de los niños) para obtener de ellos la conclusión de que “debemos estar atentos a lo que el niño quiere hablar y no a lo que nosotros “creemos” que el niño tiene que escuchar”.
“Debemos acercarnos a los pequeños a través del idioma que todos conocemos: el de las emociones, el de la diversión y el de verdad (…) Es importante que a un niño no le digas cómo se siente; él ya sabe cómo se siente. Lo que necesita es ponerle palabras y voz a lo que lo hace reír, llorar o preocuparse (…). Ponle en “la mesa” todo lo que representa esa emoción. Sé su espejo. No te espantes, ni trates de negar tus propias emociones”, reiteró Pescetti a su audiencia, durante estos tres días.
“Oficio de humor y lenguaje en infancia e identidad” fue como denominó este actor y cantautor, de Loqueleo, a este ciclo de conferencias donde descubrimos talentos de escritores en los participantes.